ARMONÍA, SENSIBILIDAD Y BUEN GUSTO
RESTAURANTE DAMASQUEROS
“La nuestra es una cocina de sentimiento. Un menú Degustación Semanal que va cambiando con la naturaleza, siempre con el mayor respeto al producto y dejándonos llevar por nuestra imaginación.”
Lola Marín / Chef
Horario: De miércoles a sábado, servicio de almuerzo y cena. Martes únicamente servicio de cena. Domingo únicamente servicio de mediodía. Cerrado lunes completo, martes mediodía y domingo cena.
El DAMASQUINADO es un trabajo de artesanía que consiste en la realización de figuras y dibujos mediante la incrustación de hilos y láminas de oro y plata en acero o hierro, normalmente pavonado.
¿Puede haber algo más similar a este arte que la gastronomía?
Como la artesanía damasquinada en nuestros platos, trasladamos esas incrustraciones a platos donde se integran las materias primas más sabrosas. Surgen así sabores únicos, pura artesanía elaborada entre fogones. Un arte antiguo trasladado a la gastronomía más contemporánea.
MENÚ DEGUSTACIÓN
Ternera pajuna y coliflor, higo verde y botarga, agua de escabeche
Queso y orejón, pimiento rojo y tocino ibérico
Quisquilla de Motril, garbanzo y lima
Gallina, shiitake y miso
«Sopas colorás»
Bacalao, naranja y cous-cous
Jarrete San Pascual, “ajillo” y guisante
Melón, limón y piña
Chocolate, kéfir y requesón
Quesos granadinos (opc)
Armonía de vinos (opc)
Incluye servicio de pan, AOVE Premium y agua
“No entiendo esta profesión sin pasión, sin emoción, sin alma”
“En Granada quiero hacer cocina de Granada porque es la que me corre por las venas. Trabajar con productores y proveedores locales. Productos de la tierra adaptados a nuestra culinaria».
“La alta cocina no es entendible sin la alimentación sostenible. La calidad, el respeto por el Medio Ambiente y la sostenibilidad entendida como la responsabilidad en el uso de los recursos, son características que debe tener la excelencia de la cocina. Desde la gastronomía debemos intentar y hacerla posible”.
UBICADOS EN EL REALEJO
UNO DE LOS ENTORNOS MÁS COSMOPOLITAS DE GRANADA
El Realejo era el barrio judío cuando los árabes llegaron a la ciudad. Lo llamaron Garnata al-Yahud (Granada de los judíos) y, del siglo VIII al XV, unos y otros convivieron alternando periodos de respeto y tranquilidad con otros de mayores dificultades. Finalmente, fueron los Reyes Católicos quienes, tras expulsar a los árabes y tomar la ciudad, destruyeron el barrio y le dieron el actual nombre, Realejo.
Eran mayoritariamente artesanos, comerciantes y mercaderes que viajaban continuamente. Gracias a ello solían dominar varias lenguas, estaban al tanto de los nuevos descubrimientos y tenían, en general, una gran cultura. También tenían un vasto conocimiento de la medicina. Todo ello hizo de Garnata al-Yahud un barrio cosmopolita y culto, que influyó muy positivamente en el desarrollo de la ciudad.
El Realejo sufrió una remodelación urbanística muy profunda tras el abandono de su comunidad judía; en mayor o menor medida su estructura cambió, sobre todo en la parte baja. Pero lo que no ha dejado atrás es su esencia como judería; calles empinadas y estrechas, algunas de ellas incluso escalonadas. Hoy día es un barrio cosmopolita, donde conviven gentes de muy distintos orígenes, con granadinos ‘de los de toda la vida’. Pero lo que más llama la atención de este barrio es la vida que rezuma.